Desde la antigüedad, las hierbas han sido una valiosa fuente de sabores y aromas, pero también de efectos curativos en la cocina y la repostería. Desempeñan un papel importante no sólo desde el punto de vista gastronómico, sino también por su impacto positivo en la salud.
Historia del uso de las hierbas
Las hierbas se han utilizado en diversas culturas desde la antigüedad como ingredientes esenciales en la cocina y la repostería. Su uso se ha reflejado no sólo en el sabor de los alimentos, sino también en los rituales religiosos. Los registros del uso de hierbas se remontan al antiguo Egipto, Grecia y Roma, donde formaban parte de la dieta diaria y también se utilizaban como conservantes y como parte de medicamentos.
Hierbas como el romero, el tomillo, la mejorana y la albahaca eran las más utilizadas en aquella época. Hoy en día, estas hierbas se siguen considerando los elementos básicos de muchas cocinas y su uso se ha extendido por todo el mundo.
Hierbas y su perfil nutricional e impacto en la salud
Las hierbas son una fuente importante de vitaminas, minerales y antioxidantes. Por ejemplo, el perejil es rico en vitamina C y hierro, la albahaca contiene aceites esenciales y flavonoides. La menta, gracias a sustancias bioactivas como el mentol, ayuda a calmar el sistema digestivo. El mentol es conocido por sus propiedades refrescantes y relajantes, que pueden ayudar a relajar los músculos del tracto digestivo. La cúrcuma, conocida por sus efectos antiinflamatorios, se utiliza a menudo en la medicina ayurvédica para ayudar en el tratamiento de diversas afecciones, como la inflamación y el dolor. El romero contribuye a mejorar la función cognitiva y la mejorana ayuda a la digestión. Muchos estudios han demostrado que las hierbas tienen un impacto significativo en la salud. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, las hierbas pueden reforzar el sistema inmunitario y mejorar la salud en general.
Cocinar y hornear con hierbas
Incluir hierbas en las comidas puede ayudar a reducir el consumo de sal al aportar un rico sabor. Es importante añadir hierbas a las comidas de la forma adecuada. Las hierbas frescas delicadas, como el perejil o la albahaca, suelen añadirse al final de la cocción o directamente a los platos terminados. Las hierbas más duras, como el romero o el tomillo, pueden añadirse antes en el proceso de cocción, ya que su fuerte aroma puede soportar una cocción más larga sin perder su sabor característico. En repostería, las hierbas suelen añadirse en forma seca, ya que un tiempo prolongado a altas temperaturas puede despojar a las hierbas frescas de sus propiedades aromáticas y saborizantes.
Una visión general sobre el uso de algunas hierbas
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- Albahaca: ideal para platos italianos y mediterráneos como salsas para pasta, pesto, o fresca en ensaladas de verano con tomates y mozzarella.
- Perejil: una hierba versátil que se presta a sopas, salsas, adobos y a espolvorear sobre casi cualquier plato terminado para darle un toque fresco.
- Cilantro: hierba característica de la cocina asiática y latinoamericana, estupenda en ensaladas frías, salsa, curry y como ingrediente en rollitos de verano.
- Menta: popular en bebidas frías, postres y también en platos de Oriente Medio como el tabulé o en combinación con cordero.
- Tomillo: sus aromáticas hojas son estupendas para ragús de larga cocción, guisos, salsas, patatas asadas, y también como ingrediente en repostería y galletas.
- Romero: con sus ramitas leñosas y su intenso sabor, es ideal para marinar la carne, añadir a las patatas asadas o a la focaccia.
- Mejorana: tiene un sabor similar al orégano, pero es más suave y resulta adecuada para salsas, carnes asadas y caldos.
- Orégano: una hierba clásica para la pizza, los adobos y platos griegos como la musaca o las ensaladas griegas.
- Salvia: con su fuerte sabor, es adecuada para salsas a base de mantequilla, pastas rellenas como los raviolis, y con carne, especialmente pato o pollo asado.
- Lavanda: se utiliza a menudo en repostería dulce, por ejemplo en galletas o pasteles, pero debe manipularse con cuidado, ya que su fuerte sabor puede resultar abrumador para algunas personas.
- Eneldo: con su delicado sabor que recuerda al anís, se utiliza a menudo en platos de Europa del Este y nórdicos, como platos de pescado, encurtidos y en combinación con yogur o nata.
Almacenamiento de hierbas frescas
Las hierbas frescas se conservan mejor en el frigorífico, envueltas en papel de cocina húmedo o en agua, como las flores en un jarrón. Así se conservan frescas durante varios días o semanas, según la especie. Las hierbas secas deben conservarse en recipientes bien cerrados, en un lugar fresco, oscuro y seco, para preservar su sabor y aroma. En general, las hierbas secas tienen una vida útil más larga, pero pierden gradualmente su intensidad, por lo que deben consumirse antes de un año. También se pueden conservar congeladas.
Conclusión
Las hierbas aromáticas son parte integrante de la cocina y la repostería y tienen un impacto significativo en nuestra salud. Su uso adecuado en la cocina y la repostería puede contribuir a mejorar el sabor de los alimentos, aumentar el valor nutritivo de los platos e incluso mejorar nuestra salud.
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