Los probióticos y los prebióticos son dos componentes esenciales que desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la salud de nuestro sistema digestivo y, por tanto, de nuestra salud en general. Aunque sus nombres suenan parecidos, sus funciones y efectos en nuestro organismo son diferentes.
Probióticos = Bacterias buenas para nuestro intestino
Los probióticos son microorganismos vivos, a menudo denominados bacterias "buenas" o "beneficiosas", que consumidos en cantidades adecuadas aportan beneficios para la salud humana. Son los mismos tipos de bacterias, o similares, que están presentes de forma natural en nuestro tracto digestivo.
Estas bacterias nos aportan beneficios como:
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- Los probióticos pueden ayudar a mantener el equilibrio de la microflora intestinal, que es importante para una digestión adecuada y la absorción de nutrientes.
- Ayudan a reforzar el sistema inmunitario favoreciendo la producción de anticuerpos y pueden inhibir el crecimiento de bacterias patógenas.
- Los probióticos se utilizan a menudo en el tratamiento y la prevención de enfermedades intestinales como la diarrea infecciosa, el síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Analicemos ahora los prebióticos. Prebióticos = Alimento para los probióticos
Los prebióticos son hidratos de carbono que sirven de "alimento" a los probióticos. Estas sustancias favorecen el crecimiento y la actividad de determinadas bacterias beneficiosas en el intestino e incluyen los oligosacáridos y la inulina. Los prebióticos están presentes en muchas frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
Sus principales ventajas son:
- Los prebióticos son un sustrato para determinadas bacterias intestinales, que los fermentan para producir ácidos grasos de cadena corta, sustancias importantes para la salud intestinal.
- Los prebióticos pueden mejorar la absorción de minerales, especialmente el calcio y el magnesio, importantes para la salud ósea.
- Los prebióticos pueden ayudar a estabilizar los niveles de glucosa en sangre al ralentizar la digestión y aumentar la sensibilidad a la insulina.
Podemos obtener probióticos y prebióticos de nuestra dieta diaria natural. Entre los alimentos probióticos se encuentran el yogur, el kéfir, las verduras fermentadas como el chucrut y el kimchi, y las bebidas fermentadas como la kombucha. Los prebióticos se encuentran en alimentos como los plátanos, el ajo, las cebollas, los puerros, las alcachofas y los cereales integrales como la avena.
Aunque los probióticos y los prebióticos se consideran seguros para la mayoría de las personas, es importante conocer sus posibles efectos secundarios. En algunas personas, especialmente las que tienen el sistema inmunitario debilitado o padecen afecciones intestinales graves, los probióticos pueden causar problemas como hinchazón, gases o síntomas gastrointestinales molestos.
Los suplementos probióticos y prebióticos se han convertido en complementos dietéticos muy populares debido a sus beneficios para la salud intestinal y la salud en general. Estos suplementos pueden ser especialmente útiles en los casos en que la dieta no aporta cantidades suficientes de estos nutrientes.
Los suplementos probióticos se elaboran a partir de cultivos de bacterias vivas que se estabilizan y conservan en formas que les permiten sobrevivir y funcionar hasta llegar a los intestinos tras su consumo. Pueden contener una o más cepas de microorganismos probióticos, incluidos, entre otros, los géneros Lactobacillus, Bifidobacterium, Saccharomyces y otros.
Los suplementos prebióticos están compuestos de fibra y oligosacáridos que favorecen el crecimiento y la actividad de las bacterias intestinales beneficiosas. Entre los ingredientes habituales de los suplementos prebióticos se encuentran la inulina, los fructooligosacáridos (FOS), los galactooligosacáridos (GOS) y otros.
Al elegir suplementos probióticos o prebióticos, también es importante comprender que su eficacia puede depender de muchos factores, como el estado de salud, la microbiota intestinal existente y el estilo de vida. Para obtener resultados óptimos, es importante combinar la suplementación con una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. No obstante, consulte siempre a su médico a la hora de tomar suplementos. También es importante descartar posibles contraindicaciones.
Conclusión
Los probióticos y los prebióticos son importantes para mantener un sistema digestivo sano y la salud en general. A la hora de incluirlos en la dieta, hay que actuar con criterio y preferir sobre todo las fuentes naturales. En caso necesario, sobre todo por problemas de salud, es aconsejable consultar su suplementación con un médico para garantizar su eficacia y seguridad.
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