El escaldado es una técnica habitual que se utiliza antes de congelar frutas, verduras y algunos otros alimentos. Ya sabemos por artículos anteriores que la congelación es una forma muy suave de conservar los alimentos, capaz de preservar la mayoría de las vitaminas, sustancias bioactivas y, por supuesto, minerales. Por esta razón, la congelación es también el método generalmente recomendado para almacenar alimentos a largo plazo.
Escaldar los alimentos, sobre todo verduras y frutas, le reportará muchos beneficios, pero no es necesario hacerlo con todos los alimentos.
¿Cuáles son los beneficios del escaldado?
El proceso de escaldado inactiva las enzimas presentes en frutas y verduras que pueden hacer que los alimentos se estropeen más rápidamente. La actividad enzimática natural provoca deterioro, pérdida de sabor y pérdida de nutrientes durante la congelación. El escaldado detiene la actividad enzimática, preservando así la calidad nutritiva y el color de los alimentos.
Restricción de la reproducción rápida de microorganismos. El escaldado ayuda a reducir la actividad microbiana y disminuye la cantidad total de microorganismos en la superficie de los alimentos, reduciendo potencialmente el riesgo de enfermedades causadas por la contaminación de los alimentos tras la descongelación.
Preservación de la textura de los alimentos. El escaldado ayuda a conservar la textura de los alimentos (especialmente verduras y frutas) manteniendo su firmeza y crujiente.
Prolongar el tiempo de congelación. Escaldando los alimentos antes de congelarlos se puede alargar su vida útil en el congelador, incluso más de medio año (pero este horizonte temporal depende del tipo concreto de alimento). El escaldado ayuda a ralentizar el proceso natural de deterioro y preserva la calidad de los alimentos durante más tiempo.
Posibles desventajas del escaldado
Pérdida de nutrientes: el escaldado puede provocar cierta pérdida de nutrientes, especialmente de vitaminas hidrosolubles como la vitamina C y algunas vitaminas del grupo B. Sin embargo, la pérdida de nutrientes suele ser mínima y varía en función del alimento y del tiempo de escaldado. Sin embargo, la pérdida de nutrientes suele ser mínima y varía en función del alimento concreto y del tiempo de escaldado. Por lo tanto, recomendamos que el proceso de escaldado se lleve a cabo lo más rápidamente posible.
Cambios en la textura: en algunos casos, el escaldado puede provocar ligeros cambios en la textura, lo que puede hacer que los alimentos sean ligeramente más blandos o tiernos. Esto puede ser beneficioso para ciertas verduras, pero puede no ser deseable para otras. Por ejemplo, es deseable que las judías se ablanden un poco, pero no lo es en el caso de los calabacines.
Tiempo y trabajo: el escaldado añade un paso adicional al proceso de congelación que requiere tiempo y esfuerzo. Esto puede no ser necesario para todos los alimentos y algunos pueden congelarse con éxito sin escaldar.
Sin escaldar, podemos congelar con seguridad:
Las bayas como las fresas, los arándanos, las frambuesas y las moras pueden congelarse sin escaldarlas. Basta con lavarlas, secarlas y colocarlas en una sola capa sobre una bandeja de horno. Una vez congeladas, pásalas a una bolsa o recipiente apto para el congelador.
Las uvas pueden congelarse sin escaldarlas. Puede congelarlas con los rabitos o retirar las uvas de los rabitos y congelarlas en una sola capa sobre una bandeja de horno antes de transferirlas a un recipiente para congelar.
Aunque los plátanos pueden volverse marrones al congelarlos, pueden utilizarse en batidos u horneados. Basta con pelarlos, cortarlos en trozos y meterlos en una bolsa o recipiente apto para el congelador.
Los cítricos, como naranjas, limones y limas, pueden congelarse sin escaldarlos. Exprime el zumo de la fruta y congélalo en moldes de hielo para utilizarlo cómodamente y con estilo en bebidas. También puede congelar la corteza ☺ (idealmente de cítricos ecológicos).
¿Cuál es el procedimiento de escaldado?
- Prepare una olla con agua hirviendo.
- Lavar y trocear la fruta o la verdura.
- Échelos en agua hirviendo durante poco tiempo. Introduce los trozos más pequeños en agua hirviendo durante 1-3 minutos, los trozos más grandes o las piezas enteras de fruta o verdura hasta 7-10 minutos.
- Sacar las piezas del agua hirviendo y transferirlas inmediatamente a un baño de hielo.
- Una vez que los alimentos se hayan enfriado, sécalos y transfiérelos a recipientes aptos para la congelación y congélalos.
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